lunes, 28 de junio de 2010

Zoológico o Feria.

Cada junio, en Algeciras, la semana de feria, tan esperada por la mayoría de la población, tan indiferente para parte de la minoría y tan detestable para la menor parte de esa minoría.
Un gran evento, señoras y señores, vengan y disfruten de una semana de vacaciones bajo el reluciente sol, refrescados gracias a unos aspersores colocados al lado de las casetas. En la Feria Real de Algeciras, se pueden encontrar varios componentes los cuales son la zona de puestos para comprar desde unos divertidos dados hasta unos jarrones o figuras para decorar su salón, eso sí, todo a cambio de unas moneditas. Si se sigue el camino desde abajo, se llega a un área en la que se encuentran churros y chocolate caliente, turrones (¡aunque no s
ea Navidad!), y típicas golosinas muy deseadas por los pequeños, y tentaciones para algunos adultos.
Más adelante, se observa, la brillante portada de la feria que está formada por unos hierros rodeados de luces de colores con la cual se indica la entrada a la feria, algunos la denominamos puerta. Tras ella, comienza la publicidad subliminal, gracias al calor, muchos establecimientos ponen a sus relaciones públicas allí para dar abanicos con logotipos de sus respectivas tiendas, y también la promoción de sus productos. Y cuando ya uno se ha escabullido de éstos, puede elegir a qué lugar ir a bailar, escuchar música, saborear pequeñas muestras de comida, rozar, que le rocen, tocar, ser tocado, beber… en las casetas, todo ello si previamente se le ha permitido la entrada pues los guardias de cada caseta tienen una
selección diferente y si no se aprueba su examen visual, hay que quedarse fuera a no ser, que se tenga un primo que no se conocía de nada y haga que las puertas de la caseta se abran, afortunadamente.
Por otro lado, después de estas casetas, está el área para los niños más chicos, atracciones a su tamaño donde disfrutan como mocosos que son. Además, los padres pueden divertirse en los diversos juegos trucados en los que pocas veces se consigue premio, pero que al conseguirlo se sienten bien, y por el contrario si no ganan los niños le recriminan que son muy malos y que no saben, pobres ilusos. Muchos muchachos no tan mayores tratan de sorprender a sus novias, o hembras, obsequiándolas con un peluche que hayan conseguido y así regodearse entre los demás haciéndose ver su valía.
En otro apartado, más arriba, todas las caravanas se convierten en auténticos restaurantes, destacan la llamada papa, hamburguesas, bocadillos, todo ello acompañado de patatas fritas por un módico suplemento más en el precio. Y la bebida aparte, y por ser feria, se trata de la misma cantidad que en cualquier otro supermercado, pero, con la diferencia de que está casi el triple de barata, irónicamente. Sin olvidar los helados y las granizadas, de muchos tamaños.

Un puente, el famoso puente, es la vía de acceso hacia la última zona, en la cual están todas las atracciones
para mayores, y no tan mayores, desde un toro, un barco vikingo, hasta un ala delta, las cataratas o rápidos… como se llame.
Feria de día, de noche, o por la tarde, también sirven combinaciones o día completo (pero lo siento, no tenemos descuento).

Las atracciones llamadas coloquialmente por las gentes como ‘cacharros’ sólo se activan de noche, con un límite de las 4 de la mañana, al menos así fue este año 2010. Los puestos de comida, y también de varios artilugios se encuentran cerrados, debido al arrasador calor.
La mañana es ideal para pasarla en las casetas, en esos sitios que con suerte, o con escote y relleno, se puede entrar. Como anteriormente se mencionó, los porteros, que suelen ser hombres de espaldas anchas mostrándose así fuertes, eligen. Lo curioso es que también pueden llegar a ser contradictorios, y entras bien, pero sales, una llamada, vuelves a intentar pasar y te cortan el paso, sin DNI, sin invitación, y sin 21 años, lo siento, uno se puede quedar fuera si les apetece. Se supone que llegas a traspasar la fuerte barrera, bien, ¿dónde se puede meter uno? Esto depende de cómo esté de llena la caseta. Uno intenta integrarse, calor y más calor. Música, de todo tipo, hay que señalar las sevillanas
, flamenco, canciones de toda una vida, canciones antiguas que siguen sonando como si el tiempo no hubiera pasado y las nuevas canciones con las que la gente utiliza de excusa para poder apegarse más a la tía o al tío más bueno que tengan cerca. Luego pelea para poder llegar a la barra y poder pedir algo, espera, una idea, ve bailando arrasarás a los demás y se consigue la meta: el querido ‘rebujito’ que en las casetas vale el doble que fuera, pero ya que se ha entrado, no vayas a perder tiempo y aprovecha el esfuerzo que se hizo al poder acceder.
La noche, más de lo mismo, pero se incluye todo abierto, todos los feriantes dispuestos a conseguir ese dinero por el cual trabajan, y cada año quieren más.
Desde lejos.

Imagina esa visión, ese lugar, desde arriba.
Las personas parecen pequeñas siluetas que se mueven, se suelen aglomerar en la ‘portada’, esperando a sus compañeros de fiestas impuntuales, todo el mundo espera, impaciente, acordándose de la familia entera de sus amigos. Exasperación.
Poco a poco, algunos logran reunirse, y se ve, que las casetas tienen todas algo en común, están rodeadas por rejas. Las personas disfrutan yendo dentro, estando ese esas cuatro paredes a disposición de que los que pasean por fuera
puedan veros, como ahora nosotros imaginamos, todos bebiendo, comportándose como animales, y creen no serlo.
La feria parece un zoológico, los guardias de las jaulas ordenan a los animales, no, aquí zorras no queremos esas en la de en frente, no, aquí no van los buitres, no, los elefantes a la de al lado, las focas a la siguiente, los perros a la de la izquierda al final… Y todos obedecen.

La diferencia, en el zoo incluso los animales se respetan más entre ellos, les dan la comida gratis pues el precio es ser vistos por todos, pero en este caso no, todo ha de ser pagado. La felicidad de los animales pagada. Soportar críticas, para estar enrejado. Aguantar criterios ajenos, para encarcelarte. También el la cárcel dan comida gratis. Consumismo, más consumismo, todos partícipes de ello, y la gente se divierte. Qué menos, que buena música, buena compañía, y poco dinero.
Felicidad, estar un ratito tirado en
el césped con quien aprecias, no hay más.

2 comentarios:

Blonde Angel dijo...

jajajaja, espero que no lo halla leido vero, que le da un ataque, tendré que ir a decirle a mi primo que la ayude..u.uU xDD

La chica de las uñas azules dijo...

no, no lo ha leído, o eso creo xD
Sigue viva jajaja

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