domingo, 13 de junio de 2010

Bienvenidas.


Recogiendo pedacitos, de sonrisas por deslumbrar, de papeles que enmarcan tiempos pasados, de corazones que no son rojos, sino de colores.
En el ambiente siguen presentes diferentes años, una persona que ha pasado del 1992, al 2010, contando todos los años que deja en medio.
Un cajón que lleva ahí desde antes que esa persona llegara a rellenarlo de cosas varias. El cajón ha recorrido mucho sin salir del inmueble: Italia, Francia, Madrid, Jaén, Sevilla, instituto, años 1999, 2006, enero, junio, noviembre...
También ha sido testigo de travesuras, de incumplimientos de normas, de tardes de estudio, de alegrías por visitas, de despedidas incluso.
Sabe mucho de la vida por observarla, por haberla visto vivida y además de las nuevas experiencias que se dieron lugar allí, justo delante suya.
Ha sido cómplice, pues ha quedado callado, y ha mantenido el secreto de accidentes que no llegaron a ser graves, de decepciones y de pasiones.
Si saliera a la calle conocería muchas caras, las cuales observó en tardes de trabajos sin acabar ni empezar, en pérdida de tiempo conjunta pasando fotos, en días de compañía con música de fondo mientras llovía. Conoce enfados y reconciliaciones, reconciliaciones especiales y enfados tontos. Nuevas y diferentes caras últimamente que son bien recibidas, todas.
Se ha acostumbrado a un oso panda con el que hubiera entablado una amistad si este panda siempre hubiera estado tapándole el sol que entra por la rendija de la ventana, pero, el panda no siempre estaba allí, se mantenía distanciado. Lo echaría de menos si pudiera.
El cajón no ha sido capaz de sentirse involucrado, simplemente es parte de esas historias que quedan en recuerdos guardados en él. Esos recuerdos que representan un pasado y ese pasado que queda simbolizado a través de esos papeles, esas cartas y esos pequeños detalles que son mucho más que cosas materiales.
Bien es cierto que, en algunos momentos, de estar completamente lleno, ha tenido que ser vaciado (no del todo) pero ha perdido esencias y con el tiempo las ha suplido con otras nuevas.
Y el ciclo, no ha terminado.

4 comentarios:

Blonde Angel dijo...

Cajones con recuerdos que un día dejamos atrás, está bien que vacíes de vez en cuando, hay bastantes cosas que tirar y algunas como yo en ese sentido parece que tengamos el síndrome de diógenes..

Tú panda da miedo!

La chica de las uñas azules dijo...

Mi panda es muy monoooooo >.<
Me lo llevo a Madrid, ¿lo sabías?

Blonde Angel dijo...

Mew lo imaginaba, yo tengo uno que es parecido a tu panda, pero en version perro, le dije a mi madre, mamá el perro a Granada, y me dijo, de eso nada, si el perro es más grande que la habitación de la residencia

La chica de las uñas azules dijo...

A mí me dijo que sí encantada de la vida porque así le quitaba algo que ocupaba mucho espacio...

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