miércoles, 16 de junio de 2010

Algún día.


A las cinco chicas del blog.

Algún día habrá labios que nos esperen al otro lado de la almohada y nos hagan sonreír a primeras horas de la mañana, el sol asoma, palabra que nos digan hola mi amor, alegre despiertas, y habrá pasillos en la calle que nos dejen con ternura en las manos hasta saber que en nuestros dedos hay otros dedos que nos dicen sal a trabajar, sal a la vida, te esperaré. Y nos esperarán, algún día. Alguna ciudad con frío y nieve te verá crecer, habrá huellas de unas huellas que te lleven chocolate y te dejen un libro, ya lo sabes, cada año, y estarán los ojos de alguien que te mire con ternura en los que te mirarás y encontrarás sentido a tantas cosas; alguien paseará a vuestro lado y pensará: me habría gustado ser él y, tal vez, acaso, por un momento, pienses, me gustaría ser otra porque hay noches de otoño con lluvia en que ni siquiera nos gustamos a nosotros mismos y estamos peleados con todos los rincones, y no hay un lugar de la ciudad que queramos ver o quiera vernos. Alguna vez, hablamos y te dije, te recordaré siempre y no, no será así, no creo en los siempres, dijiste, en serio no me olvidaré de ti nunca y no, nunca digas nunca, nunca no existe y sí, no te equivocabas y recordé que sería bueno recordarte cinco minutos y luego diez hasta hacerlo semanas y que sean años porque nos queda el tiempo, porque nos queda el tiempo en los pies y alas en los tobillos que nos dan cuentos de hadas en los que la princesa, ya lo sabes, es asesinada, el príncipe abandonado y amado y amada vuelven al pueblo, a algún pueblo del sur donde las primeras olas de una playa que ha visto tanta palidez decide por una vez acercarse a tus rodillas y decir que hay vasos de agua que colman semanas enteras de sed en las que nadie quiere salir de casa porque no hay nadie que nos ayude. Alguna noche de junio en las que todo esté acabando y llegue el verano de calor de todos los veranos habrá alguna mano que nos lleve a casa y quizás te digan es de noche, ven, preciosa, están mis brazos, te esperan, y a lo mejor alguien me dice guapo, ti prendo e ti porto via, y serán entonces los bares un lugar en el que volver a nosotros mismos y coger las fuerzas suficientes para volver a la lucha y dar un paso y luego otro hasta viajar en aviones con miedo en los que esperan partes del mundo que todavía no os conocen y habrá gente que te piense como hay gente que ya te ha pensado, como yo ahora te pienso, como tú me pensaste anoche. Alguna noche de invierno en los que haya un cuerpo junto a un cuerpo y haya escarchas de cabello verde en las sábanas que dejan raíces en el suelo y dejan jardines por los que pasear hasta encontrar sombras de árboles en los que cobijarse cuando uno se enfrenta a sus miedos y no sabe perder. Alguna vez habrá ciudades que os verán pasear, ciudades desde la que deciros, hola, la vida llega, nunca esperes nada, la vida llega, qué tal, hace tanto tiempo, te veo muy cambiada y habrá saludos en los que alguien diga, no, no me acuerdo de ti, lo olvidé pero no importará demasiado. Habrá miradas tiernas que no vendrán de los espejos y dicen el amor existe a veces y habrá pupilas que se derritan en los muslos. ¿Estás viviendo?, preguntarán, estoy viviendo y sigues así, estoy viviendo y no soy segundo plato, ya no, sólo cena y postre, estoy viviendo pero hay madrugadas con insomnio en que no, en que el miedo y los problemas, estoy creciendo y hay noches de sueño en que no dormimos con miedo y hay alguien a quien no sabemos encontrar. No importará demasiado. Habrá conversaciones que os devuelvan a una playa del sur en que crecisteis por primera vez e imaginasteis que el botón de salida a cualquier otra parte os pertenecía, una playa del sur que ha visto vuestras pisadas durante muchos mediodías de calor en los que os sabíais ya con luz, luz en los dedos, luz en las palabras. Y habrá alguien que diga, me gustan tus labios cuando sonríes porque parece que el mundo te duele y te dirá, nasubellu, nariz hermosa, me gustaría besarla por saber si la belleza duele. Y habrá lágrimas de luz por las despedidas que os darán el apetito necesario con el que habitar vuestros deseos durante lustros.
H.


0 comentarios:

Publicar un comentario