domingo, 4 de julio de 2010

Mientras tus pupilas descansan.

Es tarde, tarde como nunca lo ha sido, ellas duermen y el mundo pasa por sus sueños. El cielo se cubre de estrellas que no son apreciadas, es de noche, será imposible que las disfruten, duermen. Cada una bajo esos acogedores techos, dentro de esas sábanas, descansan.
Y es que no hay nada mejor que un reposo después de varios días de verano agotadores, de sorpresas y cosas diferentes alejadas de la rutina, que todo se renueva ahora. Días previos pudieron ser malos, estar cargados de sentimientos, repletos de sonrisas, abrazos, besos, despedidas y decepciones, de miedo. Ellas duermen, y es como si nada pasara cerca, lo demás está alrededor, son inmunes, las sábanas las protegen y también esos calcetines que calman el frío de unos pies desnudos haciendo que entren en calor, un calor ya casi abrasador porque es verano, en pleno julio, pero no importa porque la seguridad es mayor.
La vida transcurre tras esos ojos, las miradas cansadas tras los días que pasan y las dejan rendidas, que a las seis de la mañana unas no pueden más, necesitan tomar un respiro y finalizar el día y así dar como acabada esa viveza y entregarse al sueño... Aun así sus rostros reflejan todos sus días completos, a veces más tiernos, otros más duros y menos queridos, tiempo de estrés y estudio, de vacaciones que quedan marcadas en sus mejillas sonrojadas a causa de que se divierten como niñas, en el parque o en la playa, en la piscina o en el paseo por las calles de la ciudad y llegan a ese sueño tranquilas, sabiendo incluso que también lo disfrutarán. Se les dibuja una sonrisa en la cara, al encontrarse con la cama, con su subconsciente, hola, veremos qué nos cuentas hoy, dicen.
Y no son capaces de confirmar lo que sus ojos dicen, que a través de ellos se descubren, indefensas. Han visto poco, demasiado para su edad, pequeñas mocosas que hacen que a veces el mundo gire a su alrededor, que son el centro de alguna persona, pero a veces es complicado distinguirlo, y no lo entienden. Las personas con las que se relacionan a veces las confunden y aparecen interrumpiendo sus sueños, haciendo que no puedan descansar o por el contrario, que tengan la más maravillosa y apetitosa fantasía.
Algunas veces fatigadas debido a la demora de sus grandes o minúsculas expectativas, se tapan la cara con la almohada, se enfrentan a ella y se la comen, otras, la misma sábana las envuelve hasta arriba, para quitarles el miedo.
Ellas se protegen, sus miradas cálidas de pupilas agotadas de esperar ofrecen entre ellas asombrosa complicidad, porque siguen juntas, aún. Ellas son invencibles, algún día lo sabrán. Además, hay personas que están impacientes, sin embargo, permanecen expectantes para cuando ellas aparezcan por esa puerta y les dirán bienvenida a mi mundo, aquí eres la reina, te cuidaré porque mereces mucho más de lo que piensas.

1 comentarios:

Blonde Angel dijo...

precioso, precioso, y precioso...

Nos hasdescrito a las 5 perfectamente, seguiremos soñando mientras..

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